Historia de la Ciencia
El proceso que llevó al descubrimiento de los elementos radiactivos fue largo y pesado. El avance se dio con lentitud y en algunos casos con gran sacrificio. Pero fue la ignorancia lo que a la larga terminó ocasionando muertes accidentales entre los primeros investigadores de este fenómeno.
Fue una casualidad lo que permitió descubrir las radiaciones nucleares. Antonio Hemri Becquerel, entusiasmado por el descubrimiento de los rayos X, decidió buscar los materiales que producir dichos rayos. Con un razonamiento ingenuo, suponía que el sol tenía los rayos, y si exponía distintos minerales a la luz solar estos podrían producirlos también. Después de cierto tiempo de exposición al sol, coloca el material sobre una placa fotográfica sin exponer y esperaba. Aparecen sobre la placa, delineando por radiación, la figura del material exponer al sol.
Pero una tarde de 1896 el Sol fue opacado por las nubes. Bequered tuvo que guardar la placa fotográfica y el mineral, en este caso sulfuro de uranio, juntos en un cajón de su escritorio. Revela la placa guardada y encontró que la placa se opacó, como si hubiera sido expuesta a la radiación. Se vio forzado a abandonar sus ingenuas ideas. Probó otros compuestos de uranio y descubrió que también emiten radiaciones. Cambió los experimentos, diluyendo los compuestos radiactivos o dejando pasar mucho tiempo almacenado, pero la potencia radiactiva no desaparecía, ni se disminuía.
Los diferentes tipos de radiactividad son producidos por la inestabilidad del núcleo. Éste se transformándose en inestables al aumentar el número de neutrones en su núcleo, el átomo busca la estabilidad arrojando fuera esas cargas extras en forma de radiaciones y energía.
En París un joven nacida en Polonia, entusiasmada por el descubrimiento de Becquerel, decidió estudiar este fenómeno: Marie Sklodowska Curie. Ese mismo, año 1895, ella y Pierre Curie habían contraído matrimonio y decidieron sumar esfuerzos para analizar los compuestos radiactivos. Primero adapta un aparato para medir el magnetismo de los cristales, en un detector de radiactividad. Se instalaron en un edificio abandonado de la Escuela de Física, que estaba en ruinas, y empezaron el largo proceso. Realizó experimentos los 80 elementos conocidos entonces, encontrando sólo al Uranio y el Torio con esa propiedad. Aunque su primer investigación se tardó más de lo que esperaban y otro científico llamado Schmidt anunciado primero este descubrimiento.
Comprendió que la radiación venía del mismo átomo y no de algún fenómeno químico.
En la primavera de 1898, Marie descubrió que el Pechblendo, mineral de óxido de uranio, era cuatro veces más radiactivo que el Uranio puro, por lo tanto debería contener otro elemento radiactivo. En Junio, Pierre y Marie pudieron aislarlo, aunque este mineral, de donde se obtenía el uranio de forma comercial, era muy caro, descubrieron que los desechos del proceso de extracción contenía más elemento radiactivos y era mucho más barato, compraron material por toneladas. El nuevo elemento era 150 veces más radiactivo que el uranio. Lo llamaron Polonio, en honor al país natal de Marie. Pero los residuos del proceso químico, que fue usado para formar sales de cloruro polonio, para aislar dicho elemento, seguían siendo radiactivos. Supusieron que existían más elementos radiactivos en los desechos. Empezaron el proceso para aislarlo, pero les llevó 45 meses obtener el nuevo elemento. Éste se encontraba en el Pechblendi en una millonésima parte, tuvieron que procesar toneladas para poder acumular una cantidad importante de cloruro de radio. Lo aislaron en 1902, era novecientas veces más radiactivo que el Uranio, lo llamaron Radio. Marie Curie inventó la palabra "radiactividad", basada en el vocablo latino que significa "rayo".
Los Curie decidieron no obtener provecho de su descubrimiento y se negaron a presentar la patenta, por principios morales que los ataban a la humildad. Tuvieron que vivir de becas anuales y de donaciones. Cuando se anunció que el radio podía ser usado en medicina para combatir el cansar se valuó mucho. De hecho un gramo de Radio costaba en aquellos tiempos 150,000 dólares. Al no poder aislar ellos misma, por lo complicado y largo del proceso, lo conseguirlo por medio de donaciones para poder continuar sus estudios.
La exposición daría a la radiación afectó mucho a los Curie, provocándoles yagas en los dedos, de hecho tenían las manos destrozadas por quemaduras y cicatrices, además de náuseas y diarreas. Marie perdió nueve kilos en pocos días y padeció malestar general en ese periodo. La radiación le ocasionó abortos. Ellos jamás sospecharon las causas de su enfermedad y prosiguieron con su trabajo. En 1903 su estado de salud impidió que recibieran personalmente el Premio Novel (Pierre de 44 años y Marie de 36). Pero acudieron dos años después a Estocolmo para dar la conferencia Novel.
Pero no tardaron mucho en relacionar sus malestares con la radiación. La siguiente etapa de las investigaciones fue averiguar qué efectos tenía la radiación en la célula. Descubrieron que grandes cantidades de radiación podría matar células. Trataron de aplicarlo a la medicina usando estar propiedad de la radiactividad para combatir algunas enfermedades como el cáncer.
Las radiaciones nucleares son como balas pequeñas que pueden atraviesas casi cualquier obstáculo sin dificultas. Como sabemos, nuestros cuerpos están formados por células, estas son las unidades funcionales más pequeñas de todo organismo vivo. Tienen que realizar todas las acciones indispensables para la vida. Para esto tiene estructuras moleculares que como máquinas realizan dichas funciones. La radiación ionizante golpea al azar las moléculas, ocasionando que éstas se rompan. Al aumentar los daño la célula desaparecen muchas funciones vitales, todas las partes de su maquinaria se queda flotando en el citoplasma aumentado su densidad y dificultando mucho el paso de sustancias a través de la membrana celular. En caso de una exposición muy grande todas las células del organismo son afectadas y en cuestión de minutos u horas mueren. Si la exposición sea moderada, las células más sensibles son afectadas, como las células intestinos, de la piel, la medula ósea que produce las células sanguíneas y de otras partes del cuerpo donde se tienen que reproducir celular muy rápido. Los embriones que se encuentra desarrollándose dentro de la madre, con un elevado índice de división celular, son abortados cuando se exponen a radiación moderada, o padecen fuertes deformaciones.
Pero cuando los daños por radiación no son importantes ocasionan otra posibilidad, los daños al azar que dicha radiación puede ocasionar alteraciones al genoma. Cuando estos daños se localizan en la información genética la afectación podría ocasionar cáncer en distintas partes del cuerpo a largo plazo en las víctimas.
Uno de los peligros de la radiación es que puede volver radiactivas algunos átomos que se encuentran en el cuerpo, ocasionando que la exposición a la radiación ionizante continúa a pasar de haber salido de las áreas contaminadas. Otro peligro latente de la energía nuclear es la contaminación con sustancias radiactivas del medio ambiente. En los accidentes reactores nucleares o en estallido de bombas atómicas, grandes nubes de polvo radiactivo sale a la atmósfera y gracias a los vientos puede recorrer grandes distancias. Al llegar un elemento radiactivo al agua o que se integre a los alimentos, puede ser consumido por un organismo y este elemento puede integrarse al metabolismo y permanecer en el cuerpo, lanzando balas dentro del cuerpo de forma constante, dañándolo durante toda la vida.
Una lluviosa mañana del 19 de abril de 1906, Pierre caminaba por la calle Delfine de París con el fin de visitar a su editor, vestido de negro y con un gran paraguas. Resbaló en el asfalto húmedo y para no caer se aferró a un caballo de una carreta de seis toneladas que se encontraba parada frente a él. El caballo asustado avanzó con ansiedad, Pierre cayó a sus pies y la carreta pasó sobre él, la mayoría pensó que sobreviviría cuando los cabellos no lo pisaron, y las llantas delanteras pasaron sin rozarlo, pero con la llanta trasera izquierda la aplasto la cabeza. Marie Curie entró en un profundo estado de depresión, perdió todo interés y pasó meses en un estado de estupor. Pero con el tiempo se recuperó y continúo su trabajo, que no la alejó del laboratorio hasta poco tiempo antes de su muerte.
Marie fue la primera mujer que dio una cátedra de ciencias en la Sorbona. Pero en los escritos de esos años, señalan que el talento los tenía Pierre, y Marie era una colaboradora de mucho talento, no se le da crédito propio en el primer Premio Nobel, de 1904, y en el segundo, que ella recibe sola el premio tampoco se le da mucho crédito. Pierre era miembro de la Academia de Ciencia de desde 1905, pero cuando Marie pidió ocupar su vacante fue rechazada porque rompía los reglamentos de dicha Academia, donde ninguna mujer podría formar parte de la academia. Aunque se reconoció que tenía méritos para llegar a ese puesto.
Marie dedicó su existencia a la investigación de esa fuerza misteriosa, siendo una de sus primeras víctimas, desde los 60 años empezó a padecer extrañas enfermedades. En una carta a su hermana escribió: "Mis ojos están muy débiles y no puedo hacer gran cosa con ellos. En cuanto a los oídos, me persigue un zumbido a menudo muy intenso". Ella siempre sospechó que sus padecimientos eran resultado de la exposición a la radiación, pero nada dijo. Tuvo que ser operada cuatro veces de cataratas dobles. En mayo de 1934 fuertes fiebres la obligaron a dejar su laboratorio, al cual no volvería más. Murió el 4 de julio de 1934, en el sanatorio Saint-Cellemoza los 67 años, de bronquitis y anemia perniciosa. Su hija mayor, que también se dedicó a estudiar la radiación, murió a los 58 años.
Marie Curie estuvo a punto de perder la cátedra en la Sorbona. En Le Journalde 19 de Abril de 1906, salió a la luz pública un romance que ella tenía con un joven científica llamado Paul Langeuin. El tipo estaba casado y tenía cuatro hijos. Todos condenaron a Marie, y fue criticada. Pero nadie critica a Paul. Pedían presionarla hasta que ella misma regresara a Polonia. El escándalo se acabó cuando el 8 de noviembre de ese año, se anunció que ella recibiría el premio Novel por segunda vez.
Se esmeró en publicar muchos investigaciones, entre 1899 y 1904, como que el calor desprendido espontáneamente de radio, día con día y año con año, es una energía muy superior a todas las conocidas, se calculó que esa energía era una veinte mil a un millón veces más poderosa que cualquier otra fuente de energía que se conozca.
La investigación sobre la energía nuclear siguió produciendo víctimas, pero nunca hubo verdaderas conocimiento de lo que ocurría. Sólo después del ataque nuclear a Japón se empezó a sospechar de los daños de la radiación. Pero el secreto militar encubrió dicho descubrimiento hasta los años cincuenta.
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