Historia de la Ciencia
Los terremotos han estado presentes desde el surgimiento del planeta. Han tomado gran importancia cuando la población humana pobló las estrechas franjas del planeta donde existe una actividad sísmica intensa y un vulcanismo frecuente. Mientras más aumenta la población en esas áreas con grandes construcciones, lo terremotos seguirán tomando más importancia
La sismología moderna surgió con el terremoto de San Francisco en 1906. Dicha ciudad era el centro financiero y comercial de la costa oeste. Los bares y grandes espectáculos eran frecuentes: La noche anterior Ernesto Caruso se presentó en el teatro de la ciudad.
A las 5:12 de la mañana del 18 de Abril se desató un terremoto que devastó la ciudad, y costó 3 mil víctimas. Nadie sospechaba qué ocasionaba los sismos en ese momento.
La falla de San Andrés fue descubierta una década antes, por Andreas Lowson de la universidad de California en Berkeley. Después del terremoto, él y su equipo recorrieron la falla, encontraron que en algunas partes se modificó la topografía de la tierra de labranza y de las praderas. Durante el recorrido tomaron fotos de las alteraciones y publicaron un informa en 1908. Con la colección de fotos y mediciones en terreno demuestra que la tierra tuvo desplazamiento, de un lado de la falla con respecto al otro, hasta de diez metros en algunas partes.
Pero aunque los datos mostraban una imagen clara de lo ocurrido en la superficie, no tenían una explicación clara de lo que pasaba en el subsuelo. Un joven que trabajaba con Lawson, llamado Heriy Frelding Reid, quien elaboró una hipótesis sobre el verdadero origen de los terremotos. Analizó todos los informes del movimiento telúrico, estudió cómo la falla desalineo algunos caminos y algunos terrenos de cultivo, y desarrollo el concepto de “ Rebote Elástico ”.
El concepto de elasticidad no se nota a simple vista en una piedra, pero recordemos que el material que forma la corteza terrestre se encuentra bajo altas presiones y grandes temperaturas. Esto le da suficiente maleabilidad para deformarse a la roca subterránea. Esta corteza no se rompe de inmediato, sino que se deforma almacenando energía. Se rompe cuando la presión que hace la corteza sobrepasa la capacidad de resistencia de la roca, restableciendo la posición topográfica que debería tener la corteza si no estuviera esa presión.
Dicha teoría fue tomada con reservas por los geólogos de la época.
En 1912, un interesante personaje de la ciencia, Alfred Wegener, propuso la Teoría de que los continentes se formaron a partir del rompimiento de un inmenso contiene primitivo que llamó Pangea, lo que hoy se conoce como la Teoría de la Deriva Continental. Este científico alemán tuvo una vida ejemplar. Se interesó en la meteorología y en la geología. Participó en la Primera Guerra Mundial y realizó viajes de estudio a Groenlandia con frecuencia. Murió en medio de una tormenta de nieve en dicha isla en 1930.
Aunque sus ideas fueron aceptadas por algunos científicos en todo el mundo, su teoría fue olvidada, porque los geólogos no encontraron un mecanismo que permitiera el movimiento de los continentes. A partir de ahí no pasó nada. Los años pasaron y aunque la información sobre la Deriva Continental se fue acumulando nadie pudo organizarla para dar un panorama completo.
En la década de los 50” se iniciaron estudios en el suelo oceánico. Encontraron una línea dorsal, que corre por el centro del Océano Atlántico desde Groenlandia hasta el Polo Sur. Esta línea se conoce como Limite Divergente. Al tomar muestras de la roca del suelo oceánico, se encontró que el alineamiento magnético de la roca no estaba en línea con el magnetismo del planeta. Cuando la roca fundida se desliza, los pequeños pedazos de metal se mueven en todas direcciones. Cuando la roca fundida deja de moverse, los pedazos de metal se dejan afectar por el magnetizo y se alinean con éste, cuando la roca se solidifica los metales quedan inmóviles señalando al Norte, no importa donde estén. Con este resultado y otros llegaron a la conclusión de que la línea dorsal crea suelo nuevo, empujando el suelo “viejo “, para alejarlo de la línea Dorsal.
En 1963, Frederic J. Vine (1939 -) y Drummond Matthews, ambos británicos, contando también con Lawrence Morley, canadiense, basados en el magnetismo, presentaron la Teoría de Deriva Continental inicial. Muchos científicos fueron perfeccionándola hasta la Teoría de Tectónica de Placas que hoy conocemos.
Pero si en las grandes líneas dorsales originan suelo oceánico, que empuja hacia ambos lados de la línea el suelo originado en el pasado. En otro el suelo es reabsorbido por la misma corteza. La presión que se genera en la dorsal al producir suelo se trasmite a lo largo de la corteza oceánica hasta que topar con otra corteza en movimiento contrario. Los puntos de choque es donde llega la presión y una de las cortezas quede sobre la otra, ambas se hunden en el manto hasta fundirse. Esta línea se conoce como subducción y son abundantes en terremotos y volcanes.
Se preguntaran: ¿Si en una parte se origina suelo y en otra se digiere, por qué no han desaparecido el suelo donde estamos parados? Para poder explicar lo anterior debemos analizar, de manera muy general, la composición de la tierra. En el centro de nuestro planeta se encuentra un núcleo metálico, extremadamente caliente. La segunda capa, rodea el núcleo, es el manto, una esfera, con una mezcla de metal y material pétreo. Y por último lo que llamando corteza.
Después de muchos estudios sísmicos, de materiales y magnéticos, la corteza se dividió en: Litosfera, astenosfera y mesosfera. La litosfera, ahora llamada corteza terrestre, se divide a su vez en corteza continental y corteza oceánica.
La corteza continental, donde todos caminamos, es una capa de naturaleza granítica, llamada antes Sial (Silicatos – aluminio) por su composición química. Pero tiene otra capa de naturaleza basáltica, llamada Sima (Silicatos- magnesio) que forma la corteza oceánica.
La capa granítica (Sial) es menos densa, y flota sobre la capa basáltica (Sima). Cuando el suelo oceánico llega a una zona de subducción, sólo la capa basáltica se hunde en el manto. La capa granítica continua flotante sin poderse hundir. Es como un corcho flotando en una corriente de agua.
Para entender la Deriva Continental debemos analizar la capa de la corteza que se conoce como astenosfera. Si la corteza es sólida la astenosfera es un material próximo a la fundición, aunque con alta viscosidad. Obteniendo mucha plasticidad, lo cual le permite una movilidad lenta que se trasmite a la corteza.
http://fmdlg.blogspot.mx/2012/06/la-corteza-terrestre-y-los-terremotos.html
Los terremotos han estado presentes desde el surgimiento del planeta. Han tomado gran importancia cuando la población humana pobló las estrechas franjas del planeta donde existe una actividad sísmica intensa y un vulcanismo frecuente. Mientras más aumenta la población en esas áreas con grandes construcciones, lo terremotos seguirán tomando más importancia
La sismología moderna surgió con el terremoto de San Francisco en 1906. Dicha ciudad era el centro financiero y comercial de la costa oeste. Los bares y grandes espectáculos eran frecuentes: La noche anterior Ernesto Caruso se presentó en el teatro de la ciudad.
A las 5:12 de la mañana del 18 de Abril se desató un terremoto que devastó la ciudad, y costó 3 mil víctimas. Nadie sospechaba qué ocasionaba los sismos en ese momento.
La falla de San Andrés fue descubierta una década antes, por Andreas Lowson de la universidad de California en Berkeley. Después del terremoto, él y su equipo recorrieron la falla, encontraron que en algunas partes se modificó la topografía de la tierra de labranza y de las praderas. Durante el recorrido tomaron fotos de las alteraciones y publicaron un informa en 1908. Con la colección de fotos y mediciones en terreno demuestra que la tierra tuvo desplazamiento, de un lado de la falla con respecto al otro, hasta de diez metros en algunas partes.
Pero aunque los datos mostraban una imagen clara de lo ocurrido en la superficie, no tenían una explicación clara de lo que pasaba en el subsuelo. Un joven que trabajaba con Lawson, llamado Heriy Frelding Reid, quien elaboró una hipótesis sobre el verdadero origen de los terremotos. Analizó todos los informes del movimiento telúrico, estudió cómo la falla desalineo algunos caminos y algunos terrenos de cultivo, y desarrollo el concepto de “ Rebote Elástico ”.
El concepto de elasticidad no se nota a simple vista en una piedra, pero recordemos que el material que forma la corteza terrestre se encuentra bajo altas presiones y grandes temperaturas. Esto le da suficiente maleabilidad para deformarse a la roca subterránea. Esta corteza no se rompe de inmediato, sino que se deforma almacenando energía. Se rompe cuando la presión que hace la corteza sobrepasa la capacidad de resistencia de la roca, restableciendo la posición topográfica que debería tener la corteza si no estuviera esa presión.
Dicha teoría fue tomada con reservas por los geólogos de la época.
En 1912, un interesante personaje de la ciencia, Alfred Wegener, propuso la Teoría de que los continentes se formaron a partir del rompimiento de un inmenso contiene primitivo que llamó Pangea, lo que hoy se conoce como la Teoría de la Deriva Continental. Este científico alemán tuvo una vida ejemplar. Se interesó en la meteorología y en la geología. Participó en la Primera Guerra Mundial y realizó viajes de estudio a Groenlandia con frecuencia. Murió en medio de una tormenta de nieve en dicha isla en 1930.
Aunque sus ideas fueron aceptadas por algunos científicos en todo el mundo, su teoría fue olvidada, porque los geólogos no encontraron un mecanismo que permitiera el movimiento de los continentes. A partir de ahí no pasó nada. Los años pasaron y aunque la información sobre la Deriva Continental se fue acumulando nadie pudo organizarla para dar un panorama completo.
En la década de los 50” se iniciaron estudios en el suelo oceánico. Encontraron una línea dorsal, que corre por el centro del Océano Atlántico desde Groenlandia hasta el Polo Sur. Esta línea se conoce como Limite Divergente. Al tomar muestras de la roca del suelo oceánico, se encontró que el alineamiento magnético de la roca no estaba en línea con el magnetismo del planeta. Cuando la roca fundida se desliza, los pequeños pedazos de metal se mueven en todas direcciones. Cuando la roca fundida deja de moverse, los pedazos de metal se dejan afectar por el magnetizo y se alinean con éste, cuando la roca se solidifica los metales quedan inmóviles señalando al Norte, no importa donde estén. Con este resultado y otros llegaron a la conclusión de que la línea dorsal crea suelo nuevo, empujando el suelo “viejo “, para alejarlo de la línea Dorsal.
En 1963, Frederic J. Vine (1939 -) y Drummond Matthews, ambos británicos, contando también con Lawrence Morley, canadiense, basados en el magnetismo, presentaron la Teoría de Deriva Continental inicial. Muchos científicos fueron perfeccionándola hasta la Teoría de Tectónica de Placas que hoy conocemos.
Pero si en las grandes líneas dorsales originan suelo oceánico, que empuja hacia ambos lados de la línea el suelo originado en el pasado. En otro el suelo es reabsorbido por la misma corteza. La presión que se genera en la dorsal al producir suelo se trasmite a lo largo de la corteza oceánica hasta que topar con otra corteza en movimiento contrario. Los puntos de choque es donde llega la presión y una de las cortezas quede sobre la otra, ambas se hunden en el manto hasta fundirse. Esta línea se conoce como subducción y son abundantes en terremotos y volcanes.
Se preguntaran: ¿Si en una parte se origina suelo y en otra se digiere, por qué no han desaparecido el suelo donde estamos parados? Para poder explicar lo anterior debemos analizar, de manera muy general, la composición de la tierra. En el centro de nuestro planeta se encuentra un núcleo metálico, extremadamente caliente. La segunda capa, rodea el núcleo, es el manto, una esfera, con una mezcla de metal y material pétreo. Y por último lo que llamando corteza.
Después de muchos estudios sísmicos, de materiales y magnéticos, la corteza se dividió en: Litosfera, astenosfera y mesosfera. La litosfera, ahora llamada corteza terrestre, se divide a su vez en corteza continental y corteza oceánica.
La corteza continental, donde todos caminamos, es una capa de naturaleza granítica, llamada antes Sial (Silicatos – aluminio) por su composición química. Pero tiene otra capa de naturaleza basáltica, llamada Sima (Silicatos- magnesio) que forma la corteza oceánica.
La capa granítica (Sial) es menos densa, y flota sobre la capa basáltica (Sima). Cuando el suelo oceánico llega a una zona de subducción, sólo la capa basáltica se hunde en el manto. La capa granítica continua flotante sin poderse hundir. Es como un corcho flotando en una corriente de agua.
Para entender la Deriva Continental debemos analizar la capa de la corteza que se conoce como astenosfera. Si la corteza es sólida la astenosfera es un material próximo a la fundición, aunque con alta viscosidad. Obteniendo mucha plasticidad, lo cual le permite una movilidad lenta que se trasmite a la corteza.
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