Aquellos tiempos eran malos para todo el mundo. La Reforma religiosa de Lutero se imponía en el norte de Europa y la guerra de los 30 años continuaba con toda su crueldad. Roma organizó su comunidad para propagar la doctrina católica (la palabra Propaganda surgió de allí y crearon la Inquisición con el fin de controlar su propia población.
Galileo nació en 1564 en Pisa. Durante sus primeros años como científico en Florencia logró importantes resultados con la ley de la inercia. Eliminando el concepto de Estado de Reposo, como fase favorito de la materia.
Venecia, gracias a la libertad y prosperidad, atraía a los grandes pensadores de su tiempo. Galileo fue invitado como profesor de matemáticas a Padua. Aunque también llegaron otros, uno de ellos fue un pulidor de lentes flamenco, promoviendo un invento parecido a un catalejo primitivo, con el fin de venderlo. Para que lo analizara fue presentado dicho invento al científico y éste se sintió impresionado, pero no se comprometieron a comprarlo. El científico, después de una noche de análisis y varios días de trabajo, mejoró mucho el catalejo, logrando hasta diez aumentos. En Capanile (el edificio más alto entonces) de Venecia realizó una demostración. Los asistentes pudieron ver un barco a más de 30 kilómetros mar a dentro. Los vieneses notaron su gran valor comercial y lo vendieron como juguete.
Galileo, sin embargo, levantó su invento para ver las estrellas y empezó a buscar los fenómenos que, según la Iglesia, existían en el universo, pero no los encontró. Los conceptos sobre el universo de Ptolomeo y Aristóteles, paganas por cierto, se infiltraron despacio en la fe católica, hasta imponerse en totalidad a cualquier otro concepto del universo, como el más adecuado para los sacerdotes.
El científico observó el cielo con el telescopio y notó muchas discrepancias con los antiguos conceptos. La Tierra parecía no ser el centro del universo. Esto ya lo había notado Copérnico, el cual las pudo publicar en Europa del norte, pero fueron desacreditadas por los católicos.
Logra hacer grandes descubrimientos y publica el resultado de sus investigaciones en 1610, en su libro Sidereus Nuncius, El mensajero celeste.
A partir de ese momento la Inquisición inicia una investigación contra Galileo, se empezaron a acumular documentos secretos que implicaban al científico en casos de herejía. En 1616 fue requerido por la Santa Inquisición y el Cardenal Ballarmine. Fue reconvenido para no sostener las ideas de Copérnico por contradecir la fe católica. Él aceptó la prohibición y espera un mejor momento.
En 1624 el Papa Urbano VIII llegó al poder, era un amante de las artes y la ciencias. Galileo pensó que su momento había llegado, fue a Roma para hablar con el Papa. Sostuvieron seis largas conversaciones y el científico regresó con el concepto equivocado de que el Papa apoyaba sus razonamientos.
En sus charlas se manifiesta que era la naturaleza y no la biblia lo que explicaba las leyes de Dios en la Tierra. EL Papa contestó: No puede existir pruebas finales de los designios de Dios. Y explica que cualquier otra idea infringía el derecho de Dios a regir el universo por medio de milagros, en vez de leyes naturales.
En 1637 Galileo publicó “Diálogos sobre los grandes sistemas del mundo”. Presentaba una plática entre tres locutores. Uno de ellos, no muy inteligente, llamado Simplicius (Simplón), manejaba los pensamientos que el Papa expresó en sus pláticas. Los dos restantes, mucho más inteligentes, defendían las razones que él mismo había expresó en aquella charla.
Urbano VIII
El éxito del libro fue inmediato, y la reacción de las autoridades también fue rápida. El Papa pensó que se estaba burlando de él al escribir ese libro y ordenó que se detuviera la impresión y compró los libros que se encontraban en circulación.
Galileo, a la edad de setenta años fue llevado a Roma, presentado ante la Inquisición y sometido a severos interrogatorios. Él se defendió lo mejor que pudo. Pero siendo prisionero, e intimidado verbal y psicológicamente, no pudo soportarlo. Cuando lo llevaron a la sala de torturas y colocado frente al Potro, sin explicarle los motivos, en dos ocasiones, no pudo soportar esa presión. Después de retractarse fue condenado a prisión domiciliaria por el resto de su vida.
La fecha de la carta donde se retracta es del 22 de Junio de 1633. Eso fue un fuerte golpe a la ciencia en sur de Europa. Todo el desarrollo científico se mudó al norte, donde permaneció casi hasta el final del siglo diecinueve. De hecho todo el desarrollo científico importante sólo pudo progresar lejos de la iglesia católica, incluida América latina.
Galileo murió en 1642, ese mismo año nació Isaac Newton.
Fuente principal el libro "El Ascenso del hombre" de Jacob Bronowski (1908-1974)
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