Un día 25 de junio de 1978, Janet Parker, una fotógrafa médica de la Escuela de Medicina de la Universidad de Birminghan, de 40 años de edad, se encontraba en una oficina en desuso, junto a su cuarto oscuro haciendo llamadas telefónicas, pedía material fotográfico a los proveedores antes de salir de vacaciones, el día 31 de ese mes. Un virus salió del sistema del aire acondicionado y llegó hasta ella. Diez días después los médicos no tenían duda de que padecía viruela. Y a los quince días ella sufrió una muerte espantosa. Unos meses antes de que la Organización Mundial de la Salud anunciara la erradicación de la viruela en el mundo.
La Viruela es una enfermedad antigua, se piensa que surgió en China en el siglo XII. En ese mismo siglo un médico árabe, llamado Ahron, la catalogó como enfermedad endémica en Asia menor. Era una enfermedad devastadora, que mataba a 35 o 40 por ciento de las personas que infectada, y a las sobreviviendo les dejaba grandes cicatrices en la piel que las deformaban. Se calcula que morían cerca de 30 mil personas por año en Francia por este padecimiento. De hecho era la enfermedad con más índice de mortalidad en todo el mundo.
En 1721 Maria Wartley Montague, introdujo en Europa el concepto de Variolización. En un viaje a Turquía observó cómo se pinchaban con agujas impregnadas en pus de viruela de un paciente infectado a una personas sanas, esperando que estás no contrajera nunca la enfermedad. Entonces inoculó a sus hijos y, a su regreso a Inglaterra, repitió y divulgó los procedimientos entre otras personas, siendo éste uno de los mayores aportes a la introducción de la inoculación en Occidente.
Desafortunadamente este método terminaba enfermando a muchos inoculados y ocasionó el surgimiento de varios brotes. La clase médica y las autoridades lo prohibieron. Fue hasta que el científico Edward Jenner (1749-1823), casi noventa años más tarde, desarrollara finalmente la vacuna.
En una ocasión Edward Jenner, un médico rural de Berkeley, Inglaterra, tuvo oportunidad de platicar con una lechara del pueblo: “Yo no cogeré la viruela mala porque ya he cogido la de las vacas”, La vaccina o viruela de las vacas es una enfermedad moderada que producía una erupción en las ubres de estos animales. Los campesinos sabían que los ordeñadores podían contagiarse de la viruela de las vacas y, además, observaron que si había una epidemia de viruela, estos trabajadores enfermaban en raras ocasiones. Jenner tuvo la idea de inocular virus de la Vaccina, ya sea tomado de los propios animales o de una persona que padeciera la enfermedad, a una persona sana; ésta, de alguna manera, lograría darle defensas contra la enfermedad de la viruela humana.
En 1796, Edward Jenner, decidió averiguar cuánta verdad había en esta idea popular. Después de muchos experimentos, la mayoría con el mismo y su familia, Jenner inoculó con vaccina a un niño de ocho años, padeció algunos síntomas menores pero se recuperó. Meses después inoculó a dicho niño con la propia viruela. El muchacho no contrajo la terrible viruela. Había quedado inmunizado. Jenner llamó a este proceso "vacunar".
Pero la vacunación de Jennes fue rechazada por el público. Pasaron veinte años sin que se aplicara el método de vacunación. Fue hasta que Napoleón da la orden de vacunar a toda su tropa, en el año 1805. Posteriormente la Condesa de Berkeley y Lady Duce hacen vacunar a sus hijos. A partir de entonces empezó el proceso de vacunación metódica.
Ya para el 1871, en Inglaterra se debatía la posibilidad de que la Viruela pudiera ser erradicada por la vacunación. Para ese entonces se sabía que sólo un 6 % de personas vacunadas morían de dicho padecimiento, mientras que las no vacunadas morían un 35%. Además tenían la información de que en las personas vacunadas disminuye el riesgo de padecer la enfermedad, que en los casos que contraigan la enfermedad, ésta es menor mortal, el padecimiento dura menos y es más leve. Pero todos los resultados eran empíricos, porque se desconocía el agente patógeno, hasta el siglo XIX se pensaba que el organismo que ocasionaba la enfermedad era un protozoario, y se desconocía el sistema inmune.
Para el verano de 1902, después de la vacunación extensa en Londres, padeció muy pocos casos de viruela, la mayoría de emigrantes.
Hasta 1967, se presentaban unos 10-15 millones de casos de viruelas se producen cada año en más de 30 países endémicos. De estos cerca de dos millones de personas murieron y millones de sobrevivientes se quedaron desfigurados o ciegos. La cantidad total de muertes ocasionadas por le viruela fueron de 500 millones de personas, más que todas las muertes en todas las guerras que equivale a 320 millones, de la gripa y otros padecimientos.
Desde 1964 se había podido erradicar de la Viruela en Europa Occidental, América del Norte, Japón y otras áreas. La estrategia de vacunación masiva contra la viruela la había erradicado con éxito. Para ese momento surgió la idea de vacunar al 100% de la población, basado en la observación de que la viruela en la India persisten en algunas áreas a pesar de la vacunación informó se aplicó a el 80% o más de la población.
El primero de enero de 1967, la Organización Mundial de la Salud, originó un Programa de Erradicación. Para esto utilizaron vacunas liofilizadas (una técnica de congelación al vació para eliminar la húmedas), que permitió que este medicamento durara mucho más tiempo y pudiera ser llevadas a todas partes del mundo. A principios de 1959 la viruela había dependido de una vacuna líquida que tuvo que ser utilizado dentro de las 48 horas y estaba contaminada con facilidad. Gracias a la aguja bifurcada la vacuna pudo aplicarse de forma económica y fácil. En 1970 estaba en uso en todas partes.
Para 1978 la Organización Mundial de la Salud anunció la erradicación de la Viruela, y ordeno a todos los laboratorios que tuvieran muestras de virus variola que los destruyeran. Los laboratorios especializados en investigación sobre la viruela estaban cerrando, y el laboratorio de la University Medical School de Henry Bedson se debió a cerrar a al final de ese año.
Pero Bedson estaba determinado a completar su investigación antes de que finalice el año, y siguió adelante. Su laboratorio no cumplió con ninguna de las pruebas que se aplica a las instituciones de investigación que manipulación patógena peligrosos, sin embargo en el último año de sus trabajo se multiplicó por diez.
Existían 7 cepas del virus variola en la naturaleza, afortunadamente muy parecidos entre ellos, pero sólo producen dos tipos de enfermedades una es la Viruela mayor y la otra es la viruela menor. La segunda tiene un índice de mortalidad muy bajo. La primera o viruela hemorrágica es de gran virulencia y ocasiona entre 50 a 35 % de muertes entre los enfermos. Los virus destruyen tejidos, matando una a una las células, ocasionando shock séptico y coagulaciones intravasculares.
Para entonces ya las estrictas medidas de seguridad que se les exigía a los laboratorios para trabajar con viruela ya se habían relajado. Toda la población fue vacunada, no se consideró la posibilidad de que alguien pudiera contagiarse. Las personas no autorizadas podían entrar a las áreas peligrosas y también al área donde se contenían a los animales contagiados con el virus.
Bedson era el encargado, en la universidad de cuidar las medidas de seguridad de los laboratorios.
Pienso, y son sólo ideas mías, que al estar todos vacunados, el virólogo consideró que las medidas de seguridad no eran necesarias. Pero no contó con la estrategia de los virus para propagarse, simplemente, al ser partículas tan pequeñas podían viajar por el aire. Y sobre el laboratorio del virología se encontraba la oficina sin uso, desde donde Janet Parker usó el teléfono. El virus, siendo movido por el sistema de aire acondicionado llegó hasta esta y la infectó.
Bedson se suicidó en cuento se confirmó el diagnóstico, y la organización mundial de la salud sólo permitió que 25 laboratorios en el mundo tuvieran el virus. Y con el tiempo sólo se permitió a dos que lo tuvieran.
Actualmente tienen una demencial discusión: destruir o no los últimos virus de viruela. Muchos opinan que se deben conservar para futuras investigaciones. El argumento más fuerte que presentan es que si la humanidad se preocupa por preservar elefantes, porque no hacerlo con el virus de la viruela. Lo malo es que los elefantes no han matado tantos humanos como la viruela.
Se han presentado casos de viruela actualmente en el mundo, la viruela de mono, o la viruela del caballo, pero es una enfermedad no tan mortal como la viruela humana.
Después de 9/11, surgió la preocupación de ataques terroristas con este virus, y se encontró que siete países podrían tener muestras de virus variola. Su reproducción es fácil, se puede trasportar sin ser notado y se puede diseminar sobre áreas pobladas. Actualmente se trabaja para desarrollar nuevas vacunas, como prevención contra posibles ataques terroristas.
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